16 Feb Opinión: Cumplir con la sociedad es cumplir con los agricultores y ganaderos
El Gobierno cumple con agricultores y ganaderos con medidas para fomentar el empleo de calidad y fortalecer su rentabilidad.
El sector agroalimentario tiene un valor estratégico para la economía española por su aportación al PIB y también desde el punto de vista social y medioambiental. El reflejo de ello es que en los momentos más duros de la pandemia se declaró actividad esencial demostrando así su importancia para la subsistencia de las personas. De hecho, en nuestro país hay más de un millón de explotaciones agrarias que dan empleo a más de 2 millones de personas, y más de 8.800 buques pesqueros, un sector que está conformado fundamentalmente por pymes y que contribuye casi con un 10% al PIB. Unos datos que muestran no solo la relevancia del sector en la economía sino la importancia para la cohesión social y territorial de España.
Nuestro país, y el mundo en general, están en un proceso de cambios muy profundos que traen consigo retos que debemos gestionar, desafíos en materia medioambiental, digital, social y también económica. Para dar respuesta a ello, el Gobierno de España acaba de aprobar un plan estratégico para el sector agroalimentario, dotado con 1.000 millones de euros de inversión pública a los que se prevé que se sume una inversión de 2.000 millones de euros de inversión privada y la creación de más de 15.000 empleos. Apostamos con estas medidas por una producción agroalimentaria sostenible, competitiva y resiliente.
El proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica del sector agroalimentario se articula en tres ejes con medidas para el impulso de la transformación de la cadena agroalimentaria, la modernización y digitalización del sector, su crecimiento económico y la cohesión del territorio.
Uno de los ejes del plan estratégico tiene como objetivo mejorar sus procesos de producción, vinculados con su competitividad, sostenibilidad y la trazabilidad de la producción de alimentos, implementando para ello un paquete de apoyo específico para la industria agroalimentaria con una dotación de 400 millones de euros. Se pueden poner en marcha actuaciones como la automatización de procesos, la robótica, la sensorización de procesos y toma de datos, la innovación en la gestión de aprovisionamientos y la logística interna de la empresa, el ahorro energético en planta, instalaciones de energía renovable y autoconsumo, introducción de sistemas de reutilización y depuración del agua, mejora de procesos de envasado, entre otros.
El segundo de los ejes se centra en el apoyo al proceso de digitalización del sector con una dotación de 454,35 millones de euros, para que la transformación digital llegue a todos los agentes de la cadena, agricultores y ganaderos, cooperativas, pequeñas y medianas empresas de producción, transformación y comercialización. Así, por ejemplo, se contemplan ayudas del PNDR para apoyar la formación y el asesoramiento digital en el sector agroalimentario, desarrollo del Centro de Competencias Digitales para la formación, el programa Kit Digital para la implementación de soluciones de digitalización básicas, o las medidas para la conectividad.
Para nosotros es una prioridad la innovación y la investigación, y esta innovación la trabajamos desde el Gobierno en todos los ámbitos y sectores, también en el sector agroalimentario para tener un sector competitivo en todos los eslabones, porque una sociedad que no innova es una sociedad rezagada. Así, el tercer eje de actuación, se centra en la innovación y cuenta con una dotación de 148,56 millones de euros. Pudiendo destacar acciones dentro de este ámbito como la modernización de los laboratorios de sanidad animal y vegetal o los planes complementarios con las CCAA en I+D+I.
Probablemente se preguntarán cuál es el impacto que tendrá este PERTE y estas medidas en los pueblos y sobre todo en las zonas rurales más alejadas de las ciudades cómo podría ser mi pueblo Arico, en la isla de Tenerife. Al respecto destacaría que este paquete de medidas impulsa el empleo de calidad fortaleciendo la competitividad del sector, además de ir apuntalando el desarrollo económico y social de nuestros pueblos, por el efecto de arrastre, por la capacidad de desarrollar actividad, atrayendo empleo y servicios.
En definitiva, con este PERTE nuestro país camina hacia el impulso de la transformación tecnológica del sector, garantizando el suministro de alimentos sanos, seguros y saludables, apoyando a los jóvenes y facilitando la incorporación de las mujeres, apostando por la I+D y por la formación continua, apostando y promoviendo el uso eficiente de los recursos naturales y de la energía en la producción agroalimentaria. Un PERTE que se suma a otras medidas que el Gobierno ha ido poniendo en marcha como la negociación de la PAC con la Unión Europea, que contempla más de 47.000 millones, o los seguros agrarios. Nunca antes el campo había recibido tantas ayudas, los y las socialistas sí que demostramos con hechos nuestro compromiso con el sector, porque es una cuestión que nos ocupa y nos preocupa, mientras otros solo hablan del campo cuando están en campaña electoral y para sacarse alguna que otra foto. Soy bisnieta, nieta e hija de agricultores y reitero que nunca había visto un plan similar para nuestros agricultores y ganaderos. Confieso que me llena de orgullo que nuestro país tenga como prioridad a este sector.
Olivia Delgado Oval
Senadora del PSOE por Tenerife